¿Te vienes?...Te llevo
Este libro de relatos cortos no pasaría de ser una
guía turística si se hubiese diseñado como guía turística. Pero no, en absoluto
quise que ese fuese su emblema. Para eso ya están las agencias de viajes. Ellas
ya se encargan de vender el producto del modo más atractivo posible para
convertir los sueños en realidades a pie de calle. No, ese no fue el fin último
de este libro. Más bien quise transmitir las sensaciones que cada lugar me fue
proporcionando en cada etapa, en cada esquina, en cada anécdota, en cada
vivencia. Este álbum de fotografías de letras está iluminado con los flases del
detalle que le dieron forma. Y para no perder de vista el mapa sobre el que
guiarnos, las dos partes confluyen a ambos lados de las murallas que
encastillan la existencia. Destino más o menos lejanos conviven con los próximos
y en este pasaporte visado de experiencias anímicas se van trazando las líneas
discontinuas de un camino recorrido. Unas veces con más acierto y otras con algunos
errores fui testigo de bocetos que fueron dando paso a trazos más o menos
creíbles, pero sin duda sensibles. Ciegos que cantaban fados; músicos que
alternaban trastes de la guitarra con cetrinas advertencias de enfermedades
acumuladas; edificios cargados con el lastre del mal presagio; rincones en los
que la quietud cobró vida. Tantas y tantas circunstancias se fueron agolpando
en la agenda del viajero que me sería imposible la eliminación de alguna de
ellas. Caso de no figurar que nadie busque culpables. Posiblemente no llegamos
a entendernos o quizá en el cruce de caminos alguien de los dos llegó con
retraso. No, no busquéis la ficticia e increíble falsedad que busca
rentabilidades a la hora de embarcarse en semejante turné. Pensad más bien que
este trayecto debería realizarse desde la pausa destilada del buen sabor
dejado. Iréis de la mano amiga que sabrá acompasarse a vuestro paso con tal de
no perder el rumbo. Un libro sin principio ni fin. Nada es capaz de finalizar
cuando el tiovivo de la vida nos lleva a la centrifugación del recuerdo. Puede
que al leerlo, alguien sienta deseos de comprobar in situ si su percepción
coincide con la mía. Puede que le resulte más conmovedor otro rincón que a mí
se me escapó. Pero de lo que no tendrá duda es de que cuando estas letras que
han pasado por sus ojos fueron trazadas, fueron trazadas por la verdad y en
ella permanecen. Buen viaje si decidís emprender la ruta de esta lectura. Al
regreso, podremos debatir sobre el resultado y en el mejor de los casos
comprobar las coincidencias.
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