jueves, 3 de abril de 2014


1.      “A ciegas”, dicen.

Que sentía la repentina necesidad de transcribir  aquello que le era próximo desde la proximidad de la memoria. Que rebelaba a las letras para que reclamasen  justicias, comprensiones, risas. Dicen que sus puntos y apartes nunca fueron bienvenidos pese al enfado de la ortodoxia académica a la que no se sometía. Aseguran que regresaba la vista a aquellos momentos que marcaron su devenir y que en ellos buscaba la cercanía del consuelo. Creyó ver en los testimonios la pluralidad que provocan los sentimientos ajenos en los que reflejar vivencias. Cuentan que en una ocasión le oyeron decir que las palabras que no fluyen, ahogan al alma. Por eso se hizo el dueño de las mismas y dejó de ser esclavo de sus silencios. Y así camina  por la senda que repudia  la sinrazón del materialismo. Félido  vigilante desde el rincón en el que los sueños nacen a la espera de tomar vuelo que dibujará cometas. Por eso  “A ciegas” suele desplazarse y  “A ciegas”  se embarca en la aventura de tomar partido. “A ciegas”  dibuja perfiles y  “A ciegas”  yerra menos veces de las esperadas. Por eso y por todo lo que suponéis, esto que se anticipa, no es más que el índice del resumen de aquello que ya habréis adivinado. “A ciegas”  nacieron y desde ahora, vosotros, caritativos lectores, les daréis luz para que puedan orientarse entre las esperanzas del no olvido.

Jesús(defrijan).......prólogo de "A ciegas"

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