1. “A ciegas”, dicen.
Que sentía la repentina necesidad de transcribir aquello que le era próximo desde la
proximidad de la memoria. Que rebelaba a las letras para que reclamasen justicias, comprensiones, risas. Dicen que
sus puntos y apartes nunca fueron bienvenidos pese al enfado de la ortodoxia
académica a la que no se sometía. Aseguran que regresaba la vista a aquellos
momentos que marcaron su devenir y que en ellos buscaba la cercanía del
consuelo. Creyó ver en los testimonios la pluralidad que provocan los
sentimientos ajenos en los que reflejar vivencias. Cuentan que en una ocasión
le oyeron decir que las palabras que no fluyen, ahogan al alma. Por eso se hizo
el dueño de las mismas y dejó de ser esclavo de sus silencios. Y así
camina por la senda que repudia la sinrazón del materialismo. Félido vigilante desde el rincón en el que los
sueños nacen a la espera de tomar vuelo que dibujará cometas. Por eso “A ciegas” suele desplazarse y “A ciegas”
se embarca en la aventura de tomar partido. “A ciegas” dibuja perfiles y “A ciegas”
yerra menos veces de las esperadas. Por eso y por todo lo que suponéis,
esto que se anticipa, no es más que el índice del resumen de aquello que ya habréis
adivinado. “A ciegas” nacieron y desde
ahora, vosotros, caritativos lectores, les daréis luz para que puedan
orientarse entre las esperanzas del no olvido.
Jesús(defrijan).......prólogo de "A ciegas"
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