Ángeles
alados
No me imagino el grito de “compra
guapa” que tanto resuena entre los puestos ambulantes en semejantes desfiles glamurosos.
Al menos
cuando no dejan de bombardearnos con las excelencias de las intimidades
que surcarán las pasarelas londinenses sobre cuerpos danones durante los
próximos días. Es increíble cómo tal toque de arrebato ha congregado a semejantes
musas de la lencería para lucir victorias inalcanzables a las comunes de las
mortales y, obviamente, a los más comunes aún de los moribundos. Como
marketing, desde luego, superan las expectativas año tras año y el sueño se
convierte en pesadilla al reflejarte frente al espejo. Es evidente que Narciso
eligió lejos de tu perfil y por lo tanto no tienes más opción que suspirar ante
la pena o sonreír ante las barbies. Bellezones que aducen genética y ningún
cuidado personal intentan convencernos de la suerte que han tenido al ser
agraciadas por los cromosomas. Siempre sacarán a relucir las numerosas horas de
descanso, la ingesta continua de agua, la dieta equilibrada y la felicidad
vital que el amor proporciona para argumentar semejantes perchas. Y lo harán
convencidas de que la credulidad nuestra así las verá. Madres de hijos que
gastan una treinta y cuatro o menos, a las que no se les han formado estrías ni
cartucheras, han logrado mantenerse con recetas simples como las que exponen.
Por eso cargarán con miles de dólares sobre sus semidesnudos cuerpos con la
intención de ganar algo de peso y a la vez mucho beneficio. Es la ilusión la
que prevalece sobre las retinas de quienes las vemos desfilar y las sueñan por
gemelas.¡ Que sigan presentes dichas ilusiones en el circo vital en el que las
antónimas acechan más de lo deseado! Ya se encargarán los expendedores de los
mercadillos en pregonar sobre su pasarela callejera las virtudes de las
corseterías colgantes dos veces por semana. Veríamos a ver qué tal lucían
semejantes vestales las fajas tubo que en algunos se muestran o los encajes que
rodean a las tiras de ballenas que les dan forma. Entonces el suflé de la ilusión se hundiría sobre la
base del falso caramelo quemado sin posibilidad de recuperación. De cualquier
forma, de uno u otro modo, la imitación sigue en pie por muy imposible que
resulte la fusión con la realidad, y no la vamos a desterrar. No se tratará de
cómo te vean los demás, sino más bien de cómo te sueñas tú. Y aunque sueñe a
desengaño, al menos por una vez, sabrá a verdad. Por cierto, ¿sigue vigente el
dogma que tilda de asexuales a los ángeles? Si así es, alguien se está
equivocando al empecinarse en mantenerlo entre los comunes de los mortales,
creo.
Jesús (http://defrijan.bubok.es)
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