lunes, 22 de diciembre de 2014


  1. El cuenco de arena

Sabes que este año, como todos los años anteriores y todos los que están por llegar, es cuenco  jaspeado rebosará con la arena que tantas veces acariciaron tus manos. Sabes que sobre ella se erigirán los juncos metálicos que con tanto mimo forraba de irisados colores antes de coronarlos con las esferas que semejaban el Universo de dicha. Allá, unos metros más allá, los riachuelos de papel de estaño rumorearán al paso de los pies descalzos que busquen el destino estrellado que  la cueva peanea. Y todo volverá a saber a ti. El musgo competirá con las rocas y los chuzos de pino  se vestirán con sus mejores galas para anunciarnos la llegada de la ilusión. Y por más esfuerzos que hagamos para disimular la congoja que tu ausencia nos provoca, fingiremos inmunidad a los ojos de quienes están a nuestro alrededor en el camino de ida de sus vidas. Todo nos traerá tu presencia y con ella llegarán aquellas noches de villancicos alrededor de la estufa de leña. Volveremos a descolgar el abrigo y la bufanda allá que se acerquen las doce para renovar el rito de la creencia que todo inocente da por válida. Allí los años se embarcarán en la nave del regreso para volver a testimoniar lo dichosos que fuimos al compartirte. Las rugosidades de las manos trabajadas nos recordarán que fueron capaces de acariciar como sólo acaricia la verdad. Y las zambombas alternarán desafinados con las panderetas mientras los “melaos” y al “frita en sartén” destierran a los dulces nacidos de otros hornos por fríos. Y a pocos metros, las camas acunarán al frío desde los cauchos de aguas hirvientes, a la espera de su turno que alargaremos de nuevo. Las castañas crepitarán sobre el estaño y los calabazates darán codazos a los panes de Cádiz. Volverás a sentirte feliz por hacernos felices y entonces quedará de manifiesto lo que tan evidente fue y sigue siendo. Todos los días que nos compartiste supieron a Navidad y eso, te lo aseguro, lo firma el mismo cuenco de arena que nos habla de ti. Feliz Navidad, mamá.     

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