1.
Saona
Según tengo
entendido, su nombre lo extrae de una cala de Formentera y de ahí se entienden
muchas incógnitas que podrían surgir. Por ejemplo, el azul que enmarca su
nombre en mitad del asfalto como reclamo de solaz y brisa marina; por ejemplo
el tapizado arenoso de sus sillas que invitan a cerrar los ojos e imaginar el
vaivén de las olas a la caída de la tarde; por ejemplo el buen rollo que se respira
cada vez que consigues acceder a cualquiera de sus ensenadas diseminadas por
toda la ciudad. En ella vas a encontrarte con un personal que da la sensación
de ser uno más entre los que acudimos a ellos. Lejos de engolamientos propios
de quienes miran por encima del hombro, se hacen cercanos y te tienen ganada la
partida antes de empezarla. Pareciera que han podado el ficus bajo el que se
diseminan sus mesas marineras para que la sombra ocupase el lugar justo sin
impedir la visión de la magnificencia que la rodea. Poco importará si de las proximidades
llegan proclamas de todo tipo por parte de aquellos que buscan hacerse oír.
Allí, camuflada y a la vez dejándose ver, asomará como oasis samaritano a ofrecerte
compañía. No hay prisa; ni se necesita, ni se pide, ni se la invita. Es tu tiempo
y así lo entienden aquellos que enfundados en el crema de sus perneras no están
dispuestos a acelerar el reloj de tu visita. Y quizás debería omitir el
carácter de visitante hacia quienes somos partícipes de su hospitalidad porque
la cercanía nos bautiza como algo más. De modo que aquellos que somos
saonadictos no tenemos necesidad de reivindicar especiales atenciones porque
todas ellas son compartidas. Han establecido un nuevo concepto de restauración
y van marcando una ruta a todos aquellos que permanecían inmersos en cánones
del pasado. Han conseguido que cada vez que el deseo de probar algo distinto
aparece, un reclamo de verdad acuda a ti, y regreses. Reconozco que no me mueve
la imparcialidad, lo reconozco. De cualquier forma, si alguien está suponiendo
que exagero, no tiene más que acudir, si puede a la Plaza de la Virgen,
preguntar por Fede y ya me dará la razón. No será necesario que diga que va de
mi parte; cada quien que aparezca se
convertirá en saonadicto desde ese mismo
momento y será partícipe de estas mismas sensaciones.
Jesús(defrijan)
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