Cuentos de Benedetti
Nada más sonar las cuatro sílabas de su apellido
nos llega la armonía de sus versos. La sencillez va pareja a la elegancia y
nadie ha sido capaz de elevar a sublime lo nacido sencillo como él lo hace. Por
eso mismo, para buscar algún resquicio de normalidad en sus letras, me llamó la
atención su recopilatorio de cuentos y allá que me embarqué en su lectura.
Adoro la magnificencia de los relatos cortos cuando se asoman a las pestañas de
cualquiera dispuesto a hacerlos suyos. En la brevedad de dos, tres, cinco o no
más de diez páginas, todo un entramado sale a la luz. Y si lo hace desde su
rúbrica, la cosa emulsiona de un modo previsible. Más allá del poeta se
encumbra el diseñador de historias de una vida tan dilatada como prolija en
éxitos. Aquí, en medio de estos cuentos, aparecen desarraigos, exilios,
penurias, esperanzas, sonrisas, decepciones. Todos enmarcados en un estilo evolutivo
desde las fonéticas porteñas hacia los bulevares franceses por los que se
desenvuelve a las mil maravillas. Una vida dilatada por los acontecimientos que
nunca sabes discernir como propios o como vividos por cercanos, y poco importa.
En definitiva la literatura se basa en la magia que se mueve entre lo verídico
y lo creíble sin serlo. Un constante remar de emociones que la magia de su
caligrafía debió llevar impresa para ser capaz de agitarnos de se modo. Locuras
que parecen realidades y realidades que se vuelven locuras en un incesante
desfile de microescenas en las que los tiempos se entrecruzan. Unas veces te
legan finales previsibles, imprevisibles, abiertos, inconclusos. Y todo ello
desde la evolución por los apartados en los que supongo que la editorial
decidió clasificarlos. Ahí es donde discrepo. Si nacen a su libre albedrío,
debería haberse respetado la evolución a su antojo y haber sido maquetados tal
cual. De cualquier forma, que nadie piense quedar inmune a su lectura. En
alguno de ellos, la poesía se camuflará para parecer ausente, pero será visible
a nada que nos abstraigamos y nos dejemos llevar. Otros serán los momentos en
los que su protagonismo sea palpable. En esta ocasión, las historias cortas,
los innumerables actos de la vida misma, se han hecho realidad y así se
constata. Quizás alguien sea capaz de descubrirse entre sus párrafos y entonces
entenderá lo triste que resulta verse despojado de sus vergüenzas. Benedetti
fue capaz de extraerlas a la luz y sólo son capaces de iluminar aquellos que
los dioses han elegido.
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