jueves, 7 de junio de 2018


1.  Ministras



“Siempre por delante/ de todos los hombres/que han hablado tanto/ y han hecho tan poco/ que son los culpables/del aburrimiento/que se masca en medio/ de este desencanto…../”

Así reza alguna estrofa de la canción de Gato Pérez titulada “La diputada” y tras algunos decenios de espera la visión de futuro la ha hecho presente. Aquel genio de la rumba catalana anticipaba un Congreso en el que la presencia femenina lograse la cordura que tantas veces se echa en falta. Y como si quisiera darle la razón a ello se ha puesto el actual Presidente. Ha desequilibrado la balanza hacia el lado femenino, lejos de las paridades no siempre bien entendidas y la apuesta no parece desencaminada. Seguro que serán las portadoras de juicios de sensatez a la hora de colocar las piezas el este puzle  que se presenta tan complicado de completar. Seguro que de ellas nacerán propuestas alejadas de papeles secundarios que tantas veces han asumido aquellas que se consideraban en segundo plano sin motivo. Por una vez, alguien con poder decisorio, apuesta de firme y sabe que sus cartas no están marcadas. Poco a poco irá mostrando normalidad en aquello que aún hoy en día parece extraño. A modo de ejemplo, el nombre de su gabinete debería cambiar, creo. Trasnochado queda denominar Consejo de Ministros a un Consejo mayoritariamente femenino. Puede que lo correcto fuese adjudicarle un nombre más acorde a la nueva realidad para no poner en negativo a la mayoría que ahora lo ocupa. Puede parecer una simpleza, pero a veces las simplezas dan paso a lo categórico, y este parece un buen momento. Sin tener conocimiento pleno del cargo que cada cual desempeñará, el convencimiento de la acertada elección de todos los miembros, ha de darse por concluyente. Más allá de chascarrillos mediáticos, más acá de opiniones frívolas nacidas del atrevimiento a opinar, elegir al equipo que te ha de arropar exige valentía y la valentía a veces se paga. Caras nuevas en su mayoría han de sacar del atolladero a todo un conjunto de ciudadanos, les hayan votado o no, y esa es la cuestión. El mecanismo de aquella locomotora se gripó y necesitada estaba de una revisión profunda. A ello se encaminan y a ellas nos hemos de encomendar. Sólo deberemos ser  la milésima parte de comprensivos que hemos sido con los precursores. Suerte a tod@s y mucho valor. “….Ella sola contra todo el mundo/cambiará las leyes inhumanas/ si no las cambia ella/ no las cambia nadie/ Aire nuevo, en el Congreso/ con esa fiera desatada/ que no para nunca todo tren expreso….” prosigue la canción, por si alguien  quiere conocer toda la letra.

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