Los ex
El mismo prefijo anticipa una lejanía hacia el resto de la
palabra que la sigue como devota en
procesión. Y en ella, en todo su esplendor es donde se manifiesta el rictus del
recuerdo de lo que fue y ya no es. Puede tratarse de compañeros que formaron
parte de ti durante un tiempo y que el propio tiempo se ha ido encargando de
alejarlos. Puede tratarse de amigos a los que trataste de un modo similar al
que ellos manifestaron hacia ti y cuyo recuerdo prevalece, pero lejano. Puede
tratarse de alumnos a los que con mejor o peor fortuna ayudaste a caminar hacia
la edad adulta que nunca se acaba de conseguir. Puede tratarse de amores que
sublimaron existencias y a quienes el tiempo embadurnó de reposo en una cocción
lenta encaminada el enfriamiento. Sea como sea, si al propio apéndice se nos
ocurre añadirle el empeño de no
borrarlo, de insistir en tenerlo en el ahora,
solo acudirá a nosotros la certeza de un pasado que nunca podrá ni querrá
convertirse en presente. En el mejor de los casos, cuando revisemos aquella
carpeta de notas que reposa en algún cajón, quizás alguna foto nos traiga de
nuevo a la sonrisa la anécdota compartida entre clase y clase con aquellos ex
de pupitres. Quizás en alguna reunión
volvamos a mentirnos al decir que nos vemos igual y que el paso del tiempo no
nos ha hecho mella. Probablemente intercambiemos teléfonos y direcciones de
emails con la promesa de próximas reuniones que no se llevarán a efecto. Todo
falso, todo caduco. De nada servirá mantener
un calendario pasado. Y todo lo anterior, con alguna salvedad, es
aplicable a los amigos. Fueron y con algo de suerte seguirán siéndolo o quizás
pasen a ser los nuevos miembros del baúl de las fotografías coloreadas en sepia. Puede que si el ex lo lucen quienes
fueron tus alumnos, la prolongación en
generaciones siguientes mantenga vivo el cordón umbilical con la complicidad
que eso acarrea a la hora de educar de nuevo a los mismos apellidos. Aquí sí
que se perdonarán errores cometidos y el ánimo buscará comparaciones entre
progenitores y vástagos. Probablemente estos salgan beneficiados porque el
frente que se abre ante ti es doble y la
trinchera excavada no se trazó con más
pico que el reconocimiento agradecido a tu labor. Sólo queda mencionar a los ex
que vivieron latidos que sonaron discordes. Pero permitidme que deje estas
líneas en blanco porque hablarán por sí solas. Cada quien valorará si quiere la
intensidad de aquel pasado. Cada quien buscará en las cenizas el argumento de
la película que no llegó a rodarse. Cada quien
entenderá que la vida pasa, que lo hace dictando sus normas, que de nada
sirve aferrarse a quimeras y que cada camino que se recorre nunca ofrece un
sentido de vuelta. Todo ex vive en un tiempo que tus espaldas aleja y los ojos,
amigos míos, no necesitan de retrovisores para seguir hacia delante.
Jesús(defrijan)
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