martes, 31 de mayo de 2016


    Los exámenes finales

Ahora que despunta Junio y se anuncian las fechas de los exámenes finales es cuando más esfuerzo se exige. Y se hace desde una proporción directa a  la duración de los días como si a más luz  se solapase más tiempo para el repaso y con ello más éxito asegurado. Llenaremos todo de estadísticas numéricas y trazaremos el listón del apto o no apto para dar por concluido un curso de nuevo. Entonces es cuando en un momento de reposo entre corrección de pruebas te preguntarás qué has logrado transmitir a tus pupilos.  Si han sido conocimientos, sólo conocimientos, prioritariamente conocimientos, igual te das por suspendido a ti mismo y ya no tienes espacio para recuperarte como docente. Si has inclinado la balanza hacia el lado de las notas sin tener en cuenta los mil motivos que como personas acarrean, por mucho que te empeñes, has suspendido, colega. Y cualquier excusa que quieras ponerte se quedará en eso, en mera excusa, como si de ti no dependiese el éxito de aquellos que te fueron asignados. Con el rictus de quien actúa sin convencimiento darás por buenos unos resultados académicos que contemplan de soslayo los flecos de sus propias realidades y te sabrás errado. Has logrado tus objetivos, pero no has logrado hacerlos suyos. Posiblemente has recargado con taras unas experiencias de crecimiento que a lo mejor no acaban por afectarles o a lo peor no las olvidan. Las jornadas eternas de atenciones varias tras el pupitre han ido sumando saberes, en algún caso con quereres, y en muchos otros con deseos de finalizar. El espejo te gritará en silencio que tuya es la responsabilidad de haberles hecho comulgar con postulados nacidos del juicio permanente y la inflexibilidad ante el fallo. Estas réplicas de adultos que custodias durante meses se te han sido adjudicadas para cubrir unas etapas han aceptado la disciplina aun a riesgo de no creer del todo el valor de lo transmitido. Será entonces cuando las utopías de otro tipo de enseñanza  volverán  a  aparecer y las mil interrogantes buscarán respuestas. Quizás se ha mecanizado tanto el aprendizaje que el intento por potenciar individualidades se ha diluido un año más y entonces será cuando, al revisar tus propias calificaciones, al comprobar los resultados finales, verás que has aprobado, pero por los pelos. No pasa nada, dirás, en Septiembre podrás rectificar, y con algo de suerte, renacer a la esperanza, y sobre todo, seguir intentándolo.



Jesus(defrijan)

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