martes, 27 de junio de 2017


El club de los poetas vivos



Suele ir decayendo la tarde del martes y puntuales a la cita se reúnen. Al fondo, tras la cortina invisible del verso, las voces ansiosas de hacerse escuchar, esperan turno. Sobre las paredes, camufladas detrás de las láminas fotografiadas, vestidas de óleos, los vates aguardan. Y entonces, pausadamente, comienza el momento. Papeles venidos de los estudios solitarios, teñidos de linotipias, saben que ha llegado su hora. Todo aquello que el poeta, que la poetisa, estuvo amasando durante la semana, accede a la frontera que diseña el pudor. De nada sirve que la excusa quiera ser protagonista cuando la verdad fluye y toma partido por cada garganta. Ha llegado el momento del sentir y nada podrá coartar el paso decidido hacia la ensoñación. Nada ni nadie será capaz de tejer cortapisas a quienes hacen vivos los tonos interiores. No es necesario atropellarse cuando el regusto del verso se saborea y cada cual interioriza lo nacido de otro, lo parido por otra. Vergüenzas quedaron en el guardarropa de la timidez y nadie osará  convertirse en juez  cuando el romance pida paso. Ni habrá nada capaz de sosegar al garañón del soneto que busque liberar a los que libre nació. Fuera, a escasos metros, la realidad, la racionalidad, seguirá su curso vestida de conformismos. La cortesía rezumará un halo de derrota que a pocos importará cuando no se hayan atrevido a traspasar el desfiladero de la emoción. Habrá hueco para la ironía, para el desgarro, para la devoción, para el desamor. Y todo se ensamblará como un tapiz tejido a la espera de ser enmarcado entre miradas de aceptación. Páginas editadas, albas, por enmarcar, alzarán el vuelo en pos de un nido en el que sosegar las turbulencias que la razón insiste en empalizar como mazmorra indeseable. Haced un hueco, aquellos que ignoráis de su existencia, haced un hueco y asistid. Sabréis cómo el martes, el anodino martes, se eleva al sitial de la grandeza. Puede que en una primera impresión el silencio se os adhiera a la piel. Puede que aquello que soñabais y no sabíais como sacar a la luz, os sea mostrado. Puede que a partir de entonces deseéis formar parte de un club de poetas vivos que hasta entonces os era desconocido y afortunadamente habéis descubierto. Hoy es martes y los minutos se empiezan a descontar. Nos veremos, nos recitaremos y daremos testimonio de todo lo anterior.       

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