viernes, 17 de enero de 2014

El Ladrón de Sueños


El Ladrón de Sueños

Cuenta la leyenda que nadie supo exactamente cómo les vino ni desde hacía cuánto. Lo cierto era que cada día en el que las sombras buscaban su hueco, el espíritu del Ladrón de Sueños se presentaba de repente, sin previo aviso. No seguía más que las directrices del plano que las luces parpadeantes ofrecían. Sigiloso se aproximaba a las paredes y a través de ellas lograba sopesar los estados de ánimo de aquellos a quienes el sueño echaba sus redes. Y llegada la medianoche, su danza se abría desde el boceto de la necesidad, del desengaño, de la esperanza. Dicen que si en alguno sospechaba inquietudes, un soplo de estrellas les era remitido y en él encontraban el consuelo buscado. Relatan cómo ofrecía inspiración a aquellas manos que atropellaban dedicaciones en el duelo contrarreloj que planteaba la oscuridad. Juran que cubría su rostro con las nubes que los rocíos tendían a su paso para no ser reconocido y así delatado. Todos imaginaron su rostro y entre los niños se extendió su leyenda. Ninguno tuvo miedo, porque sabían que este Ladrón de Sueños no daba motivos al temor. Desde temprana edad sus mayores anticipaban sus sueños con los relatos que de él se contaban.  Él, sereno de empedradas callejuelas, serpenteaba  buscando abrir corazones, limar heridas, cerrar penurias. Bajo su influjo las horas bailaban a los acordes de las necesidades que el alma exigía y aquel que se le ofrecía conseguía su auxilio. A su amparo nacieron paralelos futuros que quienes los disfrutaron supieron agradecer. Veló los negros para convertir a sus augurios en simples pruebas de superación. Raptó las horas del descanso a aquellos que usaban del poder para el abuso y con ellas redimió a las víctimas de los mismos. Todos sabían quién ocasionaba las desazones en unos y la paz en los otros. Unos temían la llegada de la noche y otros la esperaban ansiosos. Todos sabían que posiblemente les esperaba la recompensa o la penitencia que habían labrado con sus acciones. El Ladrón de Sueños se encargaría como siempre había hecho de equilibrar los sentimientos. Por eso, cuando llega la noche, quien más quien menos, sabe a ciencia cierta que sus horas estarán contadas para, cuando pase por sus conciencias, hará uso de las mismas. Empieza a oscurecer. Es el momento de revisar si nuestras opciones serán aquellas que verdaderamente merecen  la pena. Buenas noches; ya se acerca  y teme ser descubierto.

 

Jesús(defrijan)

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