Debut
Siempre supone una incógnita por resolver lo que habrá
detrás de un debut. En la mayoría de las ocasiones los ensayos previos te van
garantizando un éxito que sueñas y quizás mereces. En otras ocasiones, la
adrenalina propiciada por la duda, provoca la aparición del temor a no estar a
la altura de las circunstancias y sólo al acabar el estreno te llega la
relajación, o no. Todo dependerá de qué tipo de debut se te ofrezca y de cuánto
tiempo le hayas dedicado en el entrenamiento. Así debí pensar hace dieciocho
años y quizás no me habría cogido por sorpresa. Reconozco que los primeros
minutos, las primeras horas, fueron para la vorágine de lo inesperado vestida
de dolor e incomprensión por mi parte. Fue tan imprevisto que ni siquiera la
despedida pudo hacerse un hueco y algo en mi interior se precipitaba a un
despertar que nunca sospeché tan doloroso. Acababa de entrar el verano y no era
la estación trinadora de gorjeos negros según la tradición secular aprendida y
nunca asumida. Sé que nada volvió a ser como había sido hasta entonces y que la
necesidad de escribir nació de aquel momento. Ni la camisa de cuadros
multicolores fue capaz de teñirse porque nunca se puede teñir una sonrisa permanente
que rechazaba al color negro. No hubo nada más allá que un par de cuartillas de
una línea en las que el testamento del dolor se hizo presente y marchó al Infinito
sin copia. La línea de partida quedaba abierta y el tiempo iría reclamando a
quienes moraban por delante mientras la
vida seguía creciendo bajo las sombras de los rosales plantados. Quedaba el
recuerdo y los gestos que han ido barnizando todos los rincones mantienen el
pebetero de la sencillez iluminando los pasos. La necesidad ha ido alargando las fechas para
alargar la distancia con aquel nacimiento a la madurez que el dolor bautiza. Y
curiosamente las aguas salinas han dejado de surcar rostros porque la tristeza
no está invitada ni nunca fue querida. Ha
llegado a la mayoría de edad el calendario que aquellas brasas de aquellas
hogueras esparcieron y la vida sigue su
curso inmune. Nuevos debuts están al
caer y nuevos bautizos sorpresivos llegarán. Será mejor estar preparados para
entender que este escenario precisa de alzadas y caídas del telón para renovar
escenas y aplaudir los actos de esta comedia que llamamos Vida. Nosotros, actores
noveles, puede que necesitemos de más ensayos para que un próximo debut no nos pille
por sorpresa. Hoy mi papel cumple dieciocho años y
creo que he aprendido la lección.
Jesús(defrijan)
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