jueves, 18 de junio de 2015


Los polígonos

Son esos trazos geométricos que en las clases de matemáticas atormentan o seducen a los alumnos según sus apetencias. Ese compendio de ángulos, lados y diagonales se clasifican en base a su regularidad o no y así se suelen encasillar para mejor estudio y aprendizaje. Quizás este aprendizaje es el que ha propiciado darle tal nombre a las zonas industriales anejas a las ciudades en las que las naves tridimensionan lo estudiado en cursos anteriores y sobre sus rótulos nominan productos, orígenes y destinatarios. Las naves recubiertas de uralitas almacenan productos llegados y dispuestos a marchar en cuanto la puja finalice y el dinero cambie de manos. Hasta aquí su labor diurna. Pero como  duales construcciones, a la caída del sol, se mutan. Y al compás del ocaso empiezan a aflorar todo tipo de samaritanas en pos del sediento que perdió o quiso perder la ruta hacia el oasis. Estatuas móviles que siguen los dictados de los ojos vigilantes camuflados entre los motores expectantes. Y a la par, más entrada la noche y llegado el fin de semana, la ermita musical añadida al puzle, llamando a los fieles de todas las edades a no cumplimentar ninguno de los mandamientos que no sean la diversión. Ahí el tema y el inconveniente de equivocarse de ruta a la hora de atravesarlo. O bien te encontrarás sumergido en unos ritmos  que no te son cercanos o bien los cierres de las puertas de tu coche no serán  suficientemente seguros como para evitar el asalto de alguna damisela. Lo ideal será programar la travesía convenientemente antes de emprenderla. Nada quedará más ridículo que darle vueltas a la rotonda intentando leer el cartel orientador mientras unos jóvenes te observan desde los bordillos con ojos de asombro en mitad de  su botellón. Si no lo haces así puede que acabes teniendo que buscar en el navegador a toda prisa las indicaciones oportunas y la respuesta tarde en llegar tanto como el satélite caprichoso decida.  Eso sí, si durante la espera, alguien se acerca a ti dispuesta a ofrecerte sus favores, recuerda que estas en un polígono y el fin fundamental del mismo es el comercio. Nadie creerá la versión que le des cuando insistas en hacer real la pérdida de ruta provocada por tu natural despiste. Ya las aristas, los ángulos y los lados decidirás como trazarlos porque en clase ya sacaste buena nota.

 

Jesús(defrijan)     

No hay comentarios:

Publicar un comentario