Juan@s
Pocos nombres como el de Juan me resultan más conmovedores.
Quizás porque así se llamaba el discípulo preferido de Jesús según los Evangelios, que este mismo
Mesías nombró como hijo sucesor suyo ante la Virgen. O quizás porque pocas
veces su nombre aparece en solitario en las identificaciones. Unas veces “Sin
Tierra”, otras “Sin Miedo”, va sumando apelativos protectores sobre sí
ante una indefensión provocada por la falsa debilidad en la que se
escuda y sobrevive. Por eso también se hace acompañar de Pedro, Luis, Manuel,
Carlos, y bajo la sombra de todos ellos se siente seguro. No es que tema ser
herido, no; lo que sucede es que su sensibilidad a flor de piel le hace
permeable a los diferentes estados de ánimo y el desgaste se le adosa al alma.
Podrá ser juglar bajo la balaustrada de una princesa que juega a ignorarle y le
dará lo mismo. Está acostumbrado a los desaires y se reconoce vencedor en su
mismo intento de seguir hacia adelante. Conmovedor en grado sumo cuando sus
párpados se inclinan ante tu mirada para evitar que escudriñes más allá de lo
que su pudor permite. Antonio, Marcos, Francisco, dan fe de todo lo que intuyo
a riesgo de estar equivocado como tantas veces. Esa dualidad patronímica le es
tan necesaria como las aguas del Jordán para rebautizarse de belleza y armonía.
Podrá ser dual en su elección racional pero jamás lo será en la sentimental.
Sabe y es consciente de ello que su final podría llegar sobre una bandeja de
plata de manos del capricho de la Salomé de turno y acepta el reto de que así
sea. Cantará a la lluvia cafetera planteando una guerra de bachatas que lleven
firmas sin rúbrica para evitar la exclusividad y será capaz de Imaginar un
mundo diferente a mejor aún ignorando las balas que el demente de turno le
pueda dedicar. Diseñará un tambor en el que las balas girarán en la ruleta rusa
que todo desafío precisa. Llorará al amanecer las desdichas de su propia
Pachanga mientras regresa al dormitorio de las desilusiones. Será capaz de
desequilibrarse por una Locura de Amor que nadie entiende siendo dueña de un Reino
como si el Amor precisase de
equilibrios. Y sobre todo, por encima de todo, a pesar de todo, sabrá que
sabemos que el fuego se ofreció a bautizarlo y gustosamente aceptó a las
llamas. Quizás para que lograsen purificar a otros que somos incapaces de ser
como ell@s. Felicidades, por ello Juan@s.
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