jueves, 1 de febrero de 2018


C´est la vie



Si una boda ya de por sí es un espectáculo, los preparativos del enlace lo son por partida doble. Por un lado, la organización del mismo; por otro lado, la multitud de personajes que se apuntan a colaborar en dicha preparación desconocedores de sus limitaciones. De hecho, empresas especializadas en estos eventos se encargan de calmar las aguas de las discordancias y logran que todo sea una balsa de aceite, casi siempre. De ahí a llevar a la gran pantalla todo lo anterior solo hay un paso. Y si ese paso lo coordinan Éric Toledano y Olivier Nakache el éxito está asegurado. Ya en su anterior film demostraron la valía y aquel “Intocable” sigue remitiéndonos a la sonrisa de una esperanza más allá del infortunio. La cuestión es que una pareja  formada por un hiperpijoególatracapullo y una novia anodina que más parece una ninfa a punto del desmayo deciden formalizar su relación. Eligen para ello a una empresa experta y el entorno de un castillo francés pone el decorado. Se da el pistoletazo de salida y todo un elenco de seres variopintos empiezan a hacerse cargo de sus respectivos papeles. Cada cual viste su casaca literal y metafórica como mejor puede y los inconvenientes se van sobrellevando a golpe de gags divertidísimos. Un fotógrafo demodé, una madrina con deseos de convertirse en dj, un cantante que gorgorea su voz ajeno a las peticiones de canciones que desconoce, unos inmigrantes que se sorprenden de cómo funciona este mundo occidental y un director que empieza a sufrir en carne propia los desatinos de tal vorágine. No entraré en los detalles para que cada cual los vaya disfrutando a medida que el metraje de la película pase. La banda sonora les hará mover los pies y puede que recuerden aquella otra boda a la que asistieron no hace tanto. Encontrarán similitudes que les permitirán ser compasivos incluso consigo mismos. Y es que una boda suele ser tan proclive al desmán que nada le es vedado. Igual cuando compruebe la proliferación de móviles fotografiando cualquier escena se da cuenta de cómo ha pasado el tiempo y cuánto han cambiado los casamientos desde aquella vez que le resultó tan de primera mano. Descubrirá entre los personajes de la película a los similares que por un día se situaron a su vera y pusieron el toque original, hortera, de mejor o peor gusto, elegante, prescindible, emotivo. Da lo mismo. Aquello ya es pasado y para corroborarlo está esta comedia que consigue alegrarte la tarde y brindar por los novios sin plantearles la fecha de caducidad. De cómo quedará el traje al concluir, mejor no hablar. Ya lo hará él mismo para dar fe de todo lo visto y de todo lo imaginado.    

No hay comentarios:

Publicar un comentario