1. Los San Juan
Los ves y reconoces enseguida el esfuerzo titánico
que quienes los guían deben realizar para evitarse y evitarles descalabros.
Este trío podría pasar por ser la réplica de los mosqueteros de Dumas y
sabríamos que debajo del tahalí esconden gran parte de su valor. Uno, otro y el
tercero, se escudan en la astucia para equilibrar el esfuerzo necesario que no
les ocasione demasiada pérdida de energías. Uno correrá la banda persiguiendo
al balón o al contrincante que ose retarle. Llegará al descanso y mirará
displicente hacia la grada para descubrir en una única ojeada la aprobación o
repulsa de aquellas que lo idolatran. Otro escarpará las laderas tratando de
coronar las cimas lo más rápidamente posible. Lanzará piropos que ni él mismo
se cree con la sinceridad de quien busca rentabilizarlos en el momento de la
justicia puntuadora. Será quien manifieste la dualidad térmica en un mismo
cuerpo ante el asombro de quienes le veamos polarizado en su hemisferio norte y
ecuatorizado en el hemisferio sur. El tercero, imitará desde su nombre al héroe
troyano y será el encargado de defender
las disputas con razonamientos inteligentes como si domesticase a los caballos
de la ignorancia. Guasón como ninguno de los suyos, simulará la trampa para
dejarte con la boca abierta y no saber si denostarlo o aplaudirlo. Tres
floretes envainados que comparten senda y se asemejan tanto como diferencias
muestran. A nada que escarbes descubrirás un fondo que firmado va de sonrisas
mal disimuladas. Se mueven como peces en el agua refugiándose delas riadas
en las curvas de los meandros arenosos
del “yo no he sido”. Ganadores del respeto entre quienes volubles se muestran a la edad de permitirse
serlo a base de no mostrar dobleces, de ir de frente. Serían los elegidos para
un remake de “El padrino” porque en ellos los pactos de sangre se adivinan y
confirman. El papel que cada uno desarrollaría en esta nueva versión cinematográfica
está clarísimo pero no seré yo quien los adjudique. Simplemente hará falta
detenerse mínimamente cuando coincidan los tres y descubrir el potencial que
cada uno atesora. Pero habrá que hacerlo deprisa. Un balón empieza a rodar de
nuevo, una nueva ruta pide carrera y un nuevo pensamiento filosófico se está
gestando para dejarte con la sonrisa disimulada y la duda de si optar por la
reprimenda o carcajear la penúltima ocurrencia. Los resultados académicos, lo
dejamos para otra ocasión. No conviene olvidar que antes de ser alumno, todo el
mundo es individuo, más o menos peculiar, más o menos mosquetero, más o menos
digno de ser retratado con la esperanza de haber dado en la diana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario