jueves, 15 de octubre de 2015


       Se es como se es

Y por más tiempo que pase, por más aprendizajes que la vida te ofrezca, se sigue siendo. Unos principios que fueron elevando las paredes de tu edificio se han mostrado tan firmes que nada es capaz de horadarlas por más intentos que promueva. La solidez de los buenos cimientos desde lejos se perciben y ni siquiera el musgo orientado al norte es capaz de socavarlos, erosionarlos, derruirlos. De nada sirve que las suposiciones ajenas las piense de  quien no necesita mayores certezas que las nacidas de dentro, de lo más profundo, de la piedra angular de su bóveda. Poco tiempo necesitará aquel que se aproxime para comprobar ante qué tipo de persona se encuentra. Por más dudas que acarree el comportamiento humano, siempre habrá un punto de firmeza que te hará distinguir la verdad, la esencia, la savia. No te quedará hueco para la duda  suspicaz en la que el temor te lleve como alfombra voladora de la que no quieres descender. Más que nada porque  el cielo abierto se te muestra como límite infinito que te invita a ser surcado. Sabrás que ante ti se expone la esperanza que azuza el deseo de vagar por las nubes para deshacer las amenazas del granizo doloso. Mirarás  de frente a los ojos para en ellos descubrir lo que esconden y sin embargo desean  mostrar a pupila abierta. Allí el iris dictará sonrisas para que se esparzan ante la siega del prado de la dicha que tantas cosechas ignora y tantas echa en falta. Nada será capaz de crecer más allá de los brotes de optimismo por mucho que los riegos de vinagre se empeñen en ello  en un intento de secar los brotes tiernos que la alegría predice. Será capaz de podar con sutileza las ramas que sobran para no dañar al resto de la planta que creció en ambos sentidos y con ello procurar sombra en las tardes sofocantes del desencanto. Y así, en la medida en que las hojas del almanaque vayan cayendo, los días venideros sabrán que cara de la moneda deben presentar ante ti para no llevarse a engaño. Has pasado tantas travesías por los desiertos de la incomprensión, que nada detendrá tu ruta hacia el oasis que tanto mereces y tanto tiempo esperaste encontrar.   La vida se convirtió en una metáfora abierta sobre la que diseñar un boceto que te tomó por modelo y hace tiempo que descubriste que se es como se es y no necesitas cambiarte; sería traicionarte a ti mismo y esa opción no se contempla.

Jesús(defrijan)

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