Se es como se es
Y por más tiempo que pase, por más aprendizajes que la vida
te ofrezca, se sigue siendo. Unos principios que fueron elevando las paredes de
tu edificio se han mostrado tan firmes que nada es capaz de horadarlas por más
intentos que promueva. La solidez de los buenos cimientos desde lejos se
perciben y ni siquiera el musgo orientado al norte es capaz de socavarlos,
erosionarlos, derruirlos. De nada sirve que las suposiciones ajenas las piense
de quien no necesita mayores certezas
que las nacidas de dentro, de lo más profundo, de la piedra angular de su
bóveda. Poco tiempo necesitará aquel que se aproxime para comprobar ante qué
tipo de persona se encuentra. Por más dudas que acarree el comportamiento
humano, siempre habrá un punto de firmeza que te hará distinguir la verdad, la
esencia, la savia. No te quedará hueco para la duda suspicaz en la que el temor te lleve como
alfombra voladora de la que no quieres descender. Más que nada porque el cielo abierto se te muestra como límite
infinito que te invita a ser surcado. Sabrás que ante ti se expone la esperanza
que azuza el deseo de vagar por las nubes para deshacer las amenazas del
granizo doloso. Mirarás de frente a los
ojos para en ellos descubrir lo que esconden y sin embargo desean mostrar a pupila abierta. Allí el iris
dictará sonrisas para que se esparzan ante la siega del prado de la dicha que
tantas cosechas ignora y tantas echa en falta. Nada será capaz de crecer más
allá de los brotes de optimismo por mucho que los riegos de vinagre se empeñen en
ello en un intento de secar los brotes
tiernos que la alegría predice. Será capaz de podar con sutileza las ramas que
sobran para no dañar al resto de la planta que creció en ambos sentidos y con
ello procurar sombra en las tardes sofocantes del desencanto. Y así, en la
medida en que las hojas del almanaque vayan cayendo, los días venideros sabrán
que cara de la moneda deben presentar ante ti para no llevarse a engaño. Has pasado
tantas travesías por los desiertos de la incomprensión, que nada detendrá tu
ruta hacia el oasis que tanto mereces y tanto tiempo esperaste encontrar. La vida
se convirtió en una metáfora abierta sobre la que diseñar un boceto que te tomó
por modelo y hace tiempo que descubriste que se es como se es y no necesitas
cambiarte; sería traicionarte a ti mismo y esa opción no se contempla.
Jesús(defrijan)
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