Caravana Sur
Entre la multitud de déficits que acumulo está el carecer de
la suficiente preparación musical como para convertirme en artista de las
notas. De ahí que mi admiración nazca de modo espontáneo hacia todo aquel que
se atreve a mostrarse ante un público para llenar el aire de melodías. Si a eso
añadimos que el protagonista es un
compañero llamado Alberto que capitanea un grupo llamado Caravana Sur, se unen
a la par el deseo de escucharlos y la envidia de no ser uno de ellos. Pero con
todo, aparte de la curiosidad vestida de compañerismo, no sería suficiente premio de presenciar lo que allí vi, escuché
y disfruté. Como si leyeran los pensamientos se despacharon a modo de preludio
con una versión de “Fortunate Son” de
los Creedence, que sin duda firmaría el
mismísimo Tom Fogerty cuando saliese de
su asombro al comprobar que cuarenta años después sigue vigente. El sonido
estrepitosamente afinado de las guitarras inundando la sala mientras desde los
teclados la voz rasgada de Paco suplía la afonía de la sangre con nota suprema.
Diferentes canciones de cosecha propia fueron saliendo a escena desde la
serena quietud del bajo que tocaba
Miguel y se fueron haciendo un hueco entre “Shenna is a punk rocker” de los
Ramones sin dejar ni un segundo de
respiro a los que estábamos dispuestos a
saltar de los asientos y convertir al Flumen en una sala rockera brutal. A la
derecha, Esteban punteaba las cuerdas y
animaba al palmoteo iniciando un coro que todos seguimos entusiasmados mientras al fondo Claudio baqueteaba sobre
los parches y platos metálicos marcando el ritmo. Y de pronto, “Bony Maronie”, aquella mítica
“Popotitos” que cantase Enrique Guzmán
al frente de Los Teen Tops al versionar a Larry Williams, acelerando el
tamborileo de las manos sobre las rodillas que se negaban a permanecer quietas.
Y todo sin un momento de respiro en el que las notas tomasen aliento. Más
canciones propias dándose a conocer y la
credibilidad más absoluta en el hecho de estar presenciando a unos genios. Mi
mente vagando por las sesiones de evaluación en las que el líder de la banda
mostraba un recato y aquí se desataba ante la púa y el mástil de su guitarra.
Lo de menos fue que se atreviese a dedicarme una de las que salieron a la luz;
lo verdaderamente hermoso fue comprobar cómo
sin probar más Tequila que la que aquella que unos precursores argentinos anticiparon, la locura había llegado, afortunadamente, por
deseo propio. Así que haremos caso a su
“Ven conmigo” para seguir la
senda de la buena música cargada de rock and roll y emprender una ruta hacia el
Sur en una Caravana magníficamente equipada.
Jesús(defrijan)
No hay comentarios:
Publicar un comentario