domingo, 1 de noviembre de 2015


     Caravana Sur

Entre la multitud de déficits que acumulo está el carecer de la suficiente preparación musical como para convertirme en artista de las notas. De ahí que mi admiración nazca de modo espontáneo hacia todo aquel que se atreve a mostrarse ante un público para llenar el aire de melodías. Si a eso añadimos que el protagonista  es un compañero llamado Alberto que capitanea un grupo llamado Caravana Sur, se unen a la par el deseo de escucharlos y la envidia de no ser uno de ellos. Pero con todo, aparte de la curiosidad vestida de compañerismo, no sería suficiente  premio de presenciar lo que allí vi, escuché y disfruté. Como si leyeran los pensamientos se despacharon a modo de preludio con una versión de “Fortunate Son”  de los  Creedence, que sin duda firmaría el mismísimo  Tom Fogerty cuando saliese de su asombro al comprobar que cuarenta años después sigue vigente. El sonido estrepitosamente afinado de las guitarras inundando la sala mientras desde los teclados la voz rasgada de Paco suplía la afonía de la sangre con nota suprema. Diferentes canciones de cosecha propia fueron saliendo a escena desde la serena  quietud del bajo que tocaba Miguel y se fueron haciendo un hueco entre “Shenna is a punk rocker”  de  los Ramones  sin dejar ni un segundo de respiro a los que estábamos  dispuestos a saltar de los asientos y convertir al Flumen en una sala rockera brutal. A la derecha, Esteban punteaba  las cuerdas y animaba al palmoteo iniciando un coro que todos seguimos entusiasmados  mientras al fondo Claudio baqueteaba sobre los parches y platos metálicos marcando el ritmo.  Y de pronto, “Bony Maronie”, aquella mítica “Popotitos”  que cantase Enrique Guzmán al frente de Los Teen Tops  al  versionar a Larry Williams, acelerando el tamborileo de las manos sobre las rodillas que se negaban a permanecer quietas. Y todo sin un momento de respiro en el que las notas tomasen aliento. Más canciones propias dándose a conocer y  la credibilidad más absoluta en el hecho de estar presenciando a unos genios. Mi mente vagando por las sesiones de evaluación en las que el líder de la banda mostraba un recato y aquí se desataba ante la púa y el mástil de su guitarra. Lo de menos fue que se atreviese a dedicarme una de las que salieron a la luz; lo verdaderamente hermoso fue comprobar cómo  sin probar más Tequila que la que aquella que unos  precursores argentinos anticiparon,  la locura había llegado, afortunadamente, por deseo propio. Así que haremos caso a su  “Ven conmigo”  para seguir la senda de la buena música cargada de rock and roll y emprender una ruta hacia el Sur en una Caravana magníficamente equipada.   

 

Jesús(defrijan)

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