martes, 13 de noviembre de 2018


1. Pili , Jose y viceversa


Sería una temeridad, una imprudencia, una falta de cordura, buscar solamente  a la mitad del todo que forman. Y lo sería desde el mismo instante en que un breve paso por la senda de su sombra nos diese pistas de lo que son, de lo que lucen. Bastará con que el día se desperece dando una nueva vuelta de vida para que todo se ponga en marcha al ritmo que ellos decidan. La calle que tantas veces recontó matasellos sigue despejando las escarchas de la noche y del cruce se perciben los sonidos de un trasiego tan habitual como extrañado en la lejanía. Hace rato que Nicolás dejó de velar sus recuerdos a nada que se descuide notará que las manos hábiles se encaminan a saciar las inquietudes artísticas que le protegen y cuidan. Probablemente se pregunte algún incauto por la practicidad de sus nuevas obras y no sepa encontrar otra razón que no sea rentable. Qué error el suyo al desdeñar la sabiduría que de estas manos que suman pares se desprende a la menor ocasión. Llevarán desde la huerta que la Albufera custodia el sabor hermanado del marjal para fundirlo con los regajos propios. Sabrán que las idas y regresos suponen un movimiento pendular que como aves migratorias están dispuestos a seguir. Harán réplicas autóctonas con formas falleras para dar testimonio de ello y siempre tendrán una sonrisa tendida hacia propios y extraños. Cuidan que ese rastro perdure y siga dando fe de procedencia como si debieran lo que no se les exige. Llegará el mediodía y silencioso cabalgará sobre la batería motora recordando al niño que jamás debemos dejar de ser. Mientras, Pili tomará asiento bajo la sombrilla como si fuese juez de ese circuito. Plegará sobre su flequillo las lentes de cerca porque ella es más de mirar hacia lo lejos. Todo fluirá con la pausa que la risa determine. Quizás esta noche los números caprichosos decidan buscarles como afortunados noctámbulos. Ilusos dígitos ellos si así consideran a los que ya lo son. Allá, dos curvas más arriba, la tertulia prosigue, los recuerdos fluyen, las horas se descuentan. Aquí, adosados a la fuente recién nacida, con el perfil de las almenas iluminando la oscuridad, ellos dos, una noche más, darán testimonio de pertenencia y fe de paso. Una nueva jornada se cierra y una nueva jornada renace con la satisfacción que su amistad provoca y la dicha de saber que tuvo precedentes en aquellos que nos legaron su ejemplo. Esta vez, la línea fue correcta.     

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