lunes, 27 de mayo de 2019






1. Rafaelito


Hoy, día de resaca electoral municipal, me ha venido su imagen como si quisiera añadirse a la orla de los que fueron o siguen siendo. Reflejo exacto de un perfil Torrella, Rafael, era un señor en todos los aspectos del adjetivo. Podía mirarte desde sus achinados ojos y a nada que te descuidases sabía más de ti que tú mismo. Manejaba los tiempos como si de sus labios nicotinados surgieran el viento que te llevaría de un lado a otro de su diálogo para subyugarte con sus razones. Supongo que tanto tiempo topografiando perfiles le aportó una sapiencia que no siempre saben aprovechar otros. Se dejó abanicar por las mansas olas de la playa mediterránea al tiempo que cerraba balances desde los puestos destinados a las naves de recreo. Dandi capaz de fragmentarse en pedazos desde los que atender las razones que le llegaban de sus vecinos. Trajeaba sus pasos desde la curva en la que erigió su atalaya dominando al barranco, segmentando a la noguera, pespunteando a los pinos. Confesaba osadías de juventud a quienes teníamos la fortuna de situarnos cerca y a nada que te descuidaras te hacías partícipe. Sé que intentó hacer razonables las inversiones que exigían nuevas plantas y asumiendo las torpezas de ajenos desconocimientos legó un camino por el que avanzar hacia futuro. Vivía por delante de su tiempo y del corporativismo hizo sello de perpetuidad. Poeta de raza que dejó sus versos sobre la tapia del camposanto a modo de advertencia a quienes se sienten inmortales. César de un senado que las aguas diseñan a cada goteo en el que se sentía emérito en activo y como tal actuaba. Romeo seductor que probablemente manejó como nadie ese lema que anticipa silencio para no herir.” Lo que un hombre hace un caballero no cuenta” parece  que le estoy oyendo decir como crédito de galantería señorial. Supo ser la imagen de un cambio que se venía encima anteponiendo las esperanzas al temor paralizante. Su rostro perdura en la esquina a modo de cara de moneda cotizable. Mira hacia los Poyos y parece estar atendiendo a los requerimientos que se le pasaron por alto. En breve, sonarán las dos. Será el momento de darle paso al vermut y los ritos se han de mantener, parece decir. Una vez más, una legislatura más, las urnas hablaron. Esta vez, además, se unió al voto el recuerdo de aquel Rafael Torrella, Rafaelito, que supo ser uno más sin dejar de ser único.

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