1. Rafaelito
Hoy, día de resaca electoral municipal, me ha venido
su imagen como si quisiera añadirse a la orla de los que fueron o siguen
siendo. Reflejo exacto de un perfil Torrella, Rafael, era un señor en todos los
aspectos del adjetivo. Podía mirarte desde sus achinados ojos y a nada que te
descuidases sabía más de ti que tú mismo. Manejaba los tiempos como si de sus
labios nicotinados surgieran el viento que te llevaría de un lado a otro de su
diálogo para subyugarte con sus razones. Supongo que tanto tiempo topografiando
perfiles le aportó una sapiencia que no siempre saben aprovechar otros. Se dejó
abanicar por las mansas olas de la playa mediterránea al tiempo que cerraba
balances desde los puestos destinados a las naves de recreo. Dandi capaz de
fragmentarse en pedazos desde los que atender las razones que le llegaban de
sus vecinos. Trajeaba sus pasos desde la curva en la que erigió su atalaya
dominando al barranco, segmentando a la noguera, pespunteando a los pinos. Confesaba
osadías de juventud a quienes teníamos la fortuna de situarnos cerca y a nada
que te descuidaras te hacías partícipe. Sé que intentó hacer razonables las
inversiones que exigían nuevas plantas y asumiendo las torpezas de ajenos desconocimientos
legó un camino por el que avanzar hacia futuro. Vivía por delante de su tiempo
y del corporativismo hizo sello de perpetuidad. Poeta de raza que dejó sus
versos sobre la tapia del camposanto a modo de advertencia a quienes se sienten
inmortales. César de un senado que las aguas diseñan a cada goteo en el que se
sentía emérito en activo y como tal actuaba. Romeo seductor que probablemente
manejó como nadie ese lema que anticipa silencio para no herir.” Lo que un
hombre hace un caballero no cuenta” parece que le estoy oyendo decir como crédito de
galantería señorial. Supo ser la imagen de un cambio que se venía encima anteponiendo
las esperanzas al temor paralizante. Su rostro perdura en la esquina a modo de
cara de moneda cotizable. Mira hacia los Poyos y parece estar atendiendo a los
requerimientos que se le pasaron por alto. En breve, sonarán las dos. Será el
momento de darle paso al vermut y los ritos se han de mantener, parece decir.
Una vez más, una legislatura más, las urnas hablaron. Esta vez, además, se unió
al voto el recuerdo de aquel Rafael Torrella, Rafaelito, que supo ser uno más
sin dejar de ser único.
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