sábado, 13 de enero de 2018


Presidencia cibernética


Original sí que resulta la propuesta de investidura telemática vía Bruselas del electo presidente en primera convocatoria. Original y rechazada. Rechazada de pleno, por aquellos que se atrincheran detrás de las alambradas de la norma para hacer cumplir la norma que ellos mismos normalizaron. Nada de salirse del redil ni de plantear alternativas. Aquí de lo que se trata es de capturar al huido e impedirle ejercer el cargo que según él y los suyos le corresponde. Y no se hable más. Si se atreve, que vuelva, y ya veremos si desde la cárcel consigue llevar a cabo su misión. O sea que si no se ve, no se cree, y por lo tanto no existe. Regresó el postulado del incrédulo y quizá sea preciso hurgar en las heridas del costado para dar testimonio de certeza. Llevamos toda la vida creyendo en lo que no vemos en primera plana y ahora resulta que es imprescindible. ¿O es que sólo se aplica cuando la respuesta va pareja con la amenaza? Si es así, no hay más que hablar. Supongo que mi ingenuidad me hace creer ciegamente en los personajes cinematográficos aun sin verlos en vivo y en directo. Ni por asomo dudo de cómo Tarzán despedaza a un cocodrilo, ni de cómo Indiana Jones recupera tesoros, ni de cómo James Bond acaba con todo quisqui sin despeinarse. Es más, doy por válida la directriz de un Gran Hermano que Orwell anticipó y que resulta tan presente como inevitable. Entonces, ¿por qué no va a ser viable una presidencia a través de las ondas o de los bits? ¿Para unos sí que es admisible  la declaración judicial a través de las pantallas y para otros no lo es el ejercicio de una presidencia? Cuesta creer ecuánime esta disparidad, sinceramente. Sí, ya sé, es extraña la propuesta, tiene un punto de originalidad que se escapa a los razonamientos sesudos. ¿Y qué? A mí también me resulta extraño que una cámara asentada sobre las cunetas me fotografíe cuando paso a determinada velocidad y me reenvíe el  posado involuntario como recordatorio punible y pasa, vaya si pasa y se da por válido. La realidad virtual se está imponiendo sobre la presencia física y quien no lo quiera ver es por temor a ver movidas las columnas de sus postulados. A partir de ahora, si esta opción se mantiene, nada que no pase por la presencia física será dado por válido. Parece la mejor de las opciones. Cualquier uso tecnológico será puesto en cuestión y rechazado por principio. De acuerdo. Si es así, el regreso a las cavernas se ha emprendido y dentro de un tiempo la involución habrá llegado a buen puerto. Enhorabuena para todos y buen viaje.        

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