Presidencia cibernética
Original
sí que resulta la propuesta de investidura telemática vía Bruselas del electo
presidente en primera convocatoria. Original y rechazada. Rechazada de pleno,
por aquellos que se atrincheran detrás de las alambradas de la norma para hacer
cumplir la norma que ellos mismos normalizaron. Nada de salirse del redil ni de
plantear alternativas. Aquí de lo que se trata es de capturar al huido e
impedirle ejercer el cargo que según él y los suyos le corresponde. Y no se
hable más. Si se atreve, que vuelva, y ya veremos si desde la cárcel consigue
llevar a cabo su misión. O sea que si no se ve, no se cree, y por lo tanto no
existe. Regresó el postulado del incrédulo y quizá sea preciso hurgar en las
heridas del costado para dar testimonio de certeza. Llevamos toda la vida
creyendo en lo que no vemos en primera plana y ahora resulta que es
imprescindible. ¿O es que sólo se aplica cuando la respuesta va pareja con la
amenaza? Si es así, no hay más que hablar. Supongo que mi ingenuidad me hace
creer ciegamente en los personajes cinematográficos aun sin verlos en vivo y en
directo. Ni por asomo dudo de cómo Tarzán despedaza a un cocodrilo, ni de cómo
Indiana Jones recupera tesoros, ni de cómo James Bond acaba con todo quisqui
sin despeinarse. Es más, doy por válida la directriz de un Gran Hermano que
Orwell anticipó y que resulta tan presente como inevitable. Entonces, ¿por qué
no va a ser viable una presidencia a través de las ondas o de los bits? ¿Para
unos sí que es admisible la declaración
judicial a través de las pantallas y para otros no lo es el ejercicio de una
presidencia? Cuesta creer ecuánime esta disparidad, sinceramente. Sí, ya sé, es
extraña la propuesta, tiene un punto de originalidad que se escapa a los
razonamientos sesudos. ¿Y qué? A mí también me resulta extraño que una cámara
asentada sobre las cunetas me fotografíe cuando paso a determinada velocidad y
me reenvíe el posado involuntario como
recordatorio punible y pasa, vaya si pasa y se da por válido. La realidad
virtual se está imponiendo sobre la presencia física y quien no lo quiera ver
es por temor a ver movidas las columnas de sus postulados. A partir de ahora,
si esta opción se mantiene, nada que no pase por la presencia física será dado
por válido. Parece la mejor de las opciones. Cualquier uso tecnológico será puesto
en cuestión y rechazado por principio. De acuerdo. Si es así, el regreso a las
cavernas se ha emprendido y dentro de un tiempo la involución habrá llegado a
buen puerto. Enhorabuena para todos y buen viaje.
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