Hasta que deje de doler tu ausencia
Nací para entregarme a ti y en esa esperanza malvivo tus
ausencias. Tú, volátil ave que surcas las nubes por las que se esparcen las
ilusiones yacientes, Tú, sabes mejor que cualquier otro sentimiento de la
aflicción. Te ofreces vulnerable a aquel que suele exhibirte como trofeo
callando para sí su propia derrota al saberse encerrado en tus redes. Alfa y
omega de navegantes sin rumbo que perdieron el sentido en el mismo sinsentido
que comporta tu goce. Acunas esperanzas entre los jirones tejidos de pieles
compartidas y poros abiertos a la dicha mientras desvelas futuros insomnes. Tú,
fiscal del juicio eterno en el que se sentencian aquellos cautivos ante cuyos cargos no aparecen defensores
dispuestos a limar el delito de ser lo que sienten. Tú, ángel del más hermoso
de los avernos en los que el azufre de la pasión prende a los acomodaticios que
dan por válido el paso del reposo ignorando otras respuestas. Das por hecho más
de lo que merecen y consigues encalar los muros que te hacen inaccesible con
las cicutas del desengaño. Tantas veces atas sin unir que has logrado
confusiones a peor entre aquellos que arrastran sus días entre las
conveniencias. Te acuso de haber instigado a buscar lo imposible para
convertirlo en inaccesible cuando al alcance de los deseos se presentaba. Te
acuso de mofarte de quienes han abierto de par en par las alcobas de su alma
para desarmarse ante Ti. Y Tú, inmisericorde ocultando la sonrisa de tu triunfo
has asentido derrotas en aquellos que no encontraron el camino de regreso.
Cínico que das y hurtas a la par echando la culpa a otros de las decisiones por
ti paridas. Cobarde que has rehuido en la mayoría de las ocasiones la lucha
ante las vicisitudes adversas para no demostrar tu flaqueza. Tú, Amor fingido
de lealtades que has permitido que te mal usen aquellos que son incapaces de
rendirse ante tu grandeza. Tú, pincel de versos sobre los que verter angustias
en busca de redenciones, hoy te ufanas y muestras tu perfil albo. Brindaremos
por Ti, sobre Ti, a pesar de Ti. Porque gracias a Ti, por más que nos pese tu abandono, las veces
en que acoges a los peregrinos desolados que surcan soledades, sabemos que
saldrás a rescatarlos y habrá merecido la pena. Mientras tanto, aquellos
huérfanos de ti, seguirán esperando tu regreso, hasta que les deje de doler tu
ausencia.
Jesús(defrijan)
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