martes, 5 de marzo de 2019


1. Manuel V.P.


Tentado estaba de autorretratarme hoy, 5 de Marzo, y he caído en la cuenta de que alguien más pedía paso. Obviamente sería una petulancia creerme el elegido por la fecha que anticipa la floración de los almendros. Sería demasiado soberbio pasar por alto a todos aquellos que comparten tal fortuna. Y en eso estaba cuando la imagen de Manuel me ha llegado. Como si entre las bambalinas del escenario que tan habituado a tenerlo se mostrase, ha dejado caer el aviso silencioso. Como si del entreacto pendiente de continuidad se tratase, este a quien tengo la fortuna de considerar amigo, se ha abierto paso con el guion más creíble que la existencia transcribe. Alguien capaz de dar vida a los textos que para la parte ilustrada de la sociedad siguen vivos. Alguien capaz de mimetizar en sus letras los amaneceres llegados de las macetas que el rocío acuna. Alguien capaz de enarbolar la bandera del sentimiento más allá de exhibicionismos innecesarios. Alguien capaz de poner cordura a las aulas cuando las aulas adormecen inquietudes. Alguien como Manuel, renaciente vate de las letras barrocas que escudan los ataques de quienes se sienten lo que no son. Y todo desde la sencillez que no precisa de alharacas. Como si un bufón consciente le anidase sobre el hombro, cualquier intento de resbalón le será evitado. Y con ello surcará las líneas de sus pensamientos que como pez al uso vagará de las turbulencias a los sosiegos. No, no perderá de vista lo esencial, ni dejará que las valvas de la inquina se le solapen sobre la quilla de su nave. Hace tanto tiempo que decidió manejar el timón para dominar a la rosa de los vientos que no habrá tormenta capaz de hacerle encallar. Pirata cuyo cofre permanece abierto en las arena de la isla que pocos se atreven a descubrir. Y de la bandera que las tibias cruzadas firman transcribirá una calavera risueña capaz de restar temores al osado que decida abordarlo. Este alquimista de las yerbas hierve para sí los oráculos cercanos como si de ellos dependiese el siguiente paso a dar. Siempre sabrá buscar el valor positivo y el rayo de luz a la penumbra que se cierna sobre el sueño ligero. Tiempo atrás, atrás quedaron las dudas y los pestillos celan toda posibilidad de regreso. Este, en resumen, es Manuel, y este, en resumen, es su día. De cómo lo enmarque, de si el cáncamo queda más o menos recto sobre la pared elegida, eso, creedme, ni él mismo lo sabe; es piscis, y con ello todo queda dicho.

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