4. Como cada 5 de Marzo
No tengo clara la noción que debe acompañar a todos mis cinco
de Marzos. ¿Alegría por sumar uno más o tristeza por restar uno más? ¡Quién
sabe! Imagino, quiero creer, que esa duda acontece a todos cuando llega el día
de su aniversario, y que le acompaña
durante toda la jornada hasta que el día concluye.
Por eso he decidido que hoy mi regalo será destinado y
compartido con aquellos que se quedaron con ganas. Con ganas de lanzarse a la
aventura, de romper con la rutina, de cambiar de vida, de volver a estudiar, de
empezar a estudiar…. Aquellos a los que una u otra circunstancia les guió por
una senda y que cada año, en ese mismo día en que añaden o restan un año a sus
años, recapacitan sobre ello. Y ese regalo será el espejo. Sí, un espejo en el
que nuestro otro yo, aquel que nos acompaña de frente, que nos cubre de
silencios, nos acuna con sonrisas, ese yo del otro lado será el Pigmalión que
nos lleve a vivir por un día nuestra no vida.
Dejaos arrastrar por él, no conoce las cortapisas del
raciocinio, ni las trabas de la corrección. Él, nuestro otro yo, el de dentro
del espejo, no solo no nos amordazará con penitencias, sino que nos alentará a
conseguir aquello que en el cruce de caminos, el destino nos ocultó. Soñaremos
ser músicos callejeros, pintores de cámara, actores de un monólogo sublime,
escritores provocativos que remuevan las conciencias, eremitas de desiertos de
desiertas almas. Podrás parecer una locura, pero ¿acaso no es una locura la
vida misma?
Démonos prisa que las arenas del reloj caen inexorables y el
día, aunque luminoso y primaveral, se nos irá tan rápidamente como llegó.
Soñemos, pero como se sueñan los sueños que nunca se sueñan: con fe y alegría.
Es nuestro día y todo puede realizarse, ser real, tangible. Hagamos partícipes
a quienes queremos y nos quieren. Incluso a los que no nos quieren para que
acaben queriéndonos, y por lo tanto, queriéndose. No empañemos el cristal con
los vahos de las miserias que nacen de las insidias y sombras. Vivamos, que es
de lo que se trata, pero exprimiendo la vida, el día, el año.
Así, quizás, dentro de una vuelta más del almanaque, volverá a salir de dentro del espejo, nuestro
otro yo y sabrá que aprendimos su lección, que vemos azules donde había grises
y que, cuando llega otro cinco de Marzo, ya no nos sabe a todos los cincos de
Marzos que le precedieron.
Jesús(defrijan)
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