Los dos clics azules
De buenas a
primeras han empezado a teñirse de azul
los clics de la aplicación mundialmente conocida y mundialmente utilizada. Al
contemplarlos pensé que la opción real partía de haber adoptado los postulados
monárquicos con los que teñir a sus guiños. Después creí que un halo de
esperanza intentaba colorear de azul celeste a los mensajes grises que tan
insípidos resultan a veces. Ahora
resulta que la verdadera razón estriba en el control por parte del
remitente del recibo y lectura por parte del receptor. ¡Qué pereza! ¿De
verdad es tan importante hurgar en las
vidas de aquellos que lo utilizan para el ocio o para el destierro de
soledades? ¿No es menos cierto que entre tanto trasiego se esconden y redimen
sentimientos que merecen respeto? Sea cual sea la opción del usuario, el
controlador debería tener un mínimo de respeto por más que aduzca la gratuidad
de su servicio. Mira por donde acaban de
regresar los dos rombos que cubrían esquinas de los añejos televisores en
blanco y negro. Estos celadores de la moral urgían a nuestros padres a que nos
evitaran la visión de tal programa por ser perjudiciales para nuestra moral, o
mejor dicho, la suya. Un rombo para los menores de catorce años y dos rombos
para los menores de dieciocho. Así nos privamos del abanico de opciones que
podían abrirnos los ojos. Pues han regresado en forma de sonrisas al mundo de
la comunicación para convertirse en espías absurdos. He de creer que más de uno
pensaremos cuan poca validez tienen las opiniones de aquellos que pretenden convertirse
en censores. Sin entrar en detalles de las múltiples opciones que podrían
tomarse para cambiar de estafeta, lo mejor será seguir siendo toso lo naturales
que queramos y a lo mejor así les acabamos demostrando lo vacía que es la
existencia de quien se regocija en las escuchas ajenas. Pasaron los tiempos en
los que el miedo tomaba tronos y es hora de dejárselo claro. De todos modos,
puestos a censurar, a vigilar, a coartar, ¿qué tal si empezasen por eliminar
aquellas publicaciones que incitan a la violencia de cualquier tipo? ¿No sería
más honrado cercenar a quienes realizan
proclamas injustas, xenófobas, radicales
de cualquier sentido? ¿Y si bloqueasen publicaciones o accesos a páginas
indeseables? Son sólo sugerencias mientras empiezan a teñir de nuevo a las
pestañas que durante estos días han sembrado la inquietud, o no, entre los
watsappeadores. Y caso de rectificar, a título de sugerencia, ¿por qué no dar
la opción de colorarlas a modo de arco iris y que cada cual elija? Quizás así,
la libertad de acción, de emisión, de recepción, de lectura de respuesta, sería
plena, ¿no creen?
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